La digitalización transforma la educación más allá del aula
La digitalización no solo está cambiando la forma en que aprendemos en la escuela o en la universidad. En paralelo, también está transformando los casales de verano, las actividades extraescolares y otros espacios educativos no formales. Este cambio representa, sin duda, una gran oportunidad para construir una educación inclusiva, adaptada a todas las edades y contextos.
Además, estas actividades cada vez incorporan más tecnologías como la programación, la robótica o la creación de contenidos digitales. De este modo, los espacios tradicionalmente asociados al ocio se convierten en entornos de aprendizaje y formación a lo largo de la vida.
Casales de verano con tecnología: mucho más que entretenimiento
Los casales de verano actuales ofrecen mucho más que juegos tradicionales. En este sentido, talleres de digitalización, clubes de videojuegos educativos o actividades con drones ganan protagonismo.
Gracias a este enfoque, estas propuestas permiten:
- Fomentar la creatividad y la resolución de problemas.
- Reducir la brecha digital.
- Ofrecer oportunidades educativas a colectivos vulnerables.
Asimismo, con el apoyo de administraciones públicas y entidades sociales, muchos casales de verano son gratuitos. Así, se garantiza una educación inclusiva y equitativa para niños, niñas y jóvenes.
Actividades extraescolares digitales durante todo el año
La formación digital no se limita al verano. Al contrario, muchas escuelas, centros cívicos y bibliotecas municipales ofrecen durante todo el año actividades extraescolares tecnológicas como:
- Introducción a la programación con Scratch o Python.
- Diseño e impresión 3D.
- Creación de vídeos, pódcast y proyectos multimedia.
Por lo tanto, estas iniciativas son clave para impulsar una educación continua. De forma gradual, las competencias digitales se desarrollan en cada etapa del crecimiento personal y académico.
Digitalización y educación inclusiva: una alianza necesaria
En un contexto social marcado por desigualdades, la digitalización debe convertirse en una herramienta para la inclusión. Por esta razón, es esencial que las actividades digitales sean:
- Accesibles: gratuitas o subvencionadas, adaptadas a diferentes niveles de conocimiento.
- Diversas: con contenidos atractivos para niños y niñas de todos los orígenes y capacidades.
- Formativas: que desarrollen habilidades útiles para el futuro académico y profesional.
En definitiva, el objetivo no es que los jóvenes simplemente “sepan usar pantallas”, sino que aprendan a utilizar la tecnología de forma crítica, creativa y colaborativa.
Fomentar la formación a lo largo de la vida desde la infancia
Estas iniciativas tienen una visión clara: promover la formación a lo largo de la vida desde la infancia. Concretamente, esto implica:
- Despertar el interés por las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
- Fomentar la autonomía digital.
- Preparar a los y las jóvenes para un mundo laboral en constante cambio.
De este modo, los casales de verano y las actividades extraescolares digitales se convierten en las primeras etapas de un itinerario educativo continuo, que puede acompañar a las personas durante toda su vida.
Buenas prácticas y casos de éxito
Diversos municipios y entidades sociales han impulsado proyectos inspiradores. Por ejemplo:
- El programa Codicrack, impulsado por la UPC y el Departamento de Derechos Sociales, ofrece talleres de digitalización inclusiva a niños de 8 a 12 años en situación de vulnerabilidad.
- Algunas escuelas públicas y concertadas han integrado actividades de programación y robótica en su proyecto educativo.
- Las bibliotecas de Barcelona organizan actividades gratuitas de creación de videojuegos, realidad aumentada y ciberseguridad para adolescentes.
Así, estas experiencias demuestran que la digitalización puede llegar a todos los públicos si se diseñan programas adaptados y accesibles.
Retos de futuro y compromiso institucional
Para que la digitalización sea realmente transformadora, es imprescindible:
- Invertir en la formación del personal educativo.
- Ampliar los recursos digitales disponibles en centros y entidades.
- Establecer alianzas entre la administración, las universidades y el tejido social.
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